sexta-feira, 18 de junho de 2010

Investigação de movimento: Proposta para um outro estar

I.

Desde la actualidad de lo que esta siendo la danza contemporánea quiero considerar el pensamiento como movimiento y proponer el movimiento como pensamiento. Esta premisa de la que parto va a permitir comprender una corriente de transdisciplinaridad en la que esta inmersa la danza contemporánea como también otros campos abiertos al estudio del cuerpo como la investigación científica y la filosofía. Las pesquisas actuales en el campo científico revelan un carácter sensorio-motor en la producción de pensamiento ligando definitivamente este a las relaciones que establecemos con lo que nos rodea. El pensar, aun situándose en una trama neuronal ultra compleja y generadora de miles de combinaciones no se queda ahí, va mas allá, la medula se ramifica en centenares de conductos nerviosos que reciben y traducen informaciones, produciendo respuestas que en gran medida ni tan siquiera pasan por nuestro consciente. Esas informaciones son generadas por la comunicación continua que mantenemos con el entorno, sean cambios de temperatura, relación gravitacional de la masa corporal, respiración, hidratación-deshidratación etc. Esto es tan solo un pequeño ejemplo de los innumerables movimientos que acontecen en el organismo y que están directa e indirectamente ligados a lo que pensamos. Podríamos observar también el sistema endocrino con su producción y segregación de hormonas que aparte de hallarse situado en el cerebro (hipófisis, hipotálamo) también se distribuye en diferentes áreas del organismo provocando movimientos y mudanzas en este a velocidades diferentes de las de los impulsos neuronales y interviniendo en procesos como el crecimiento y el desarrollo de los órganos sexuales.

A donde quiero llegar es a ese encuentro que se genera entre cuerpo y ambiente del que nacen y renacen constantemente los micro y macro movimientos de nuestras atenciones que ya están siendo pensamiento. Tendría que ser obvio que uno no piensa igual sentado o caminando, en un espacio iluminado o en penumbras. En este lugar la danza investiga las membranas, los diferentes limiares entre tejidos, órganos y células hasta la exterioridad de la piel y desde ahí para las diferentes atmósferas. La investigación artística se sumerge en la experimentación de diferentes áreas en cuanto cuerpo en movimiento, experimenta las propias membranas, acepta el embate y el dialogo con el entorno. En este sentido que es transdisciplinar, en el sentido en que comparte con otras áreas de investigación lo que esta siendo este cuerpo.

De primeras no quise entrar en la filosofía porque a veces parece que nos queda mas lejos pero la filosofía esta ya de por si preguntándose que es este cuerpo, creando pensamientos en cuanto a este que lo movilizan y lo cuestionan constantemente, desenfocando el cuerpo sacralizado que nos es enseñado para abrirnos la posibilidad de experimentarlo, de que pueda ser múltiple o mas bien de apreciar su multiplicidad. El cuerpo, los cuerpos, lo incorporal, las desterritorializaciones, la potencia (posibilidad) etc. son palabras que van y vienen entre la filosofía y la danza, entre la lengua y los lenguajes y las palabras también se mueven.

II.

Retomando la premisa por la que partíamos aparece mas obvio el enunciado del pensamiento ser un movimiento. Ya que por así decirlo pueda parecer que entraña una metáfora simple, de tal manera que hoy en día cualquiera de nosotros pueda imaginar (visualizar) el movimiento de las células neuronales en cuanto creamos “pensamiento”. También porque al referirnos al pensar adoptamos expresiones como “pensamiento fluido”, “estoy atascado en esta idea”, “mi cabeza vuela”, etc. Este pensamiento que aparece entre comillas, esta entre ellas porque señala una comprensión reducida de el mismo; un pensamiento racional estrictamente relacionado con el consciente, entendido en un ámbito mayoritario mediante la palabra y la imagen visual que produce/reproduce del mundo. Aun así ese “pensamiento” se mueve en un campo muy amplio, tiene todo un espacio de gramáticas, semánticas, memorias, expectativas, conocimientos adquiridos, caminos y variables de conexiones para construirse. Pero ahí mismo, en esos múltiples movimientos queda atrapado, dando vueltas finitas en secuencias repetidas, en ciclos que pueden durar horas, años o quizás vidas.

¿Y si es un pensamiento que se mueve, se esta moviendo y se permite ser en ese movimiento? Ser siendo, no se delimitar en ciertas estructuras, formatos y configuraciones. Un pensamiento moviéndose en sus fronteras, deslimitándose, optando por incomprensiones y comprensiones de sus membranas, tanto sean tejidos, espacios de enunciación, de gramática o de lenguaje. Un pensamiento que se mueve y es movido en una línea cintilativa que ínter-penetra tejidos, cuerpos y ambientes. Ahí, asistimos a una transformación de las sustancias, pasos al límite o fuga de contornos, en provecho de fuerzas fluidas, de flujos, del aire, de la luz, de la materia que hacen que un cuerpo o una palabra no se detengan en ningún punto preciso. El pensamiento como movimiento ya no es cerebro, concepto o imagen visual; ahora se precipita por el cuerpo, por sus amígdalas, poros y cantos deslimitántose, atravesando la piel para estar con las atmósferas y los lugares.

III.

Podríamos aventurarnos en esa idea, revirarla, adoptar la línea cintilativa y invertir, apreciar posibilidades de comprensión desde el movimiento como creador de pensamiento. Sin caer en la redundancia de dar una traducción verbalizada a esa dimensión del pensar. No se trata aquí de intentar comprender que tipo o forma adopta esa sugerencia del movimiento como pensamiento. Se trata mas bien de una propuesta para observar otra hipótesis de conocimiento; el movimiento esta siendo pensamiento en si, en sus volúmenes, en las relaciones que mantiene con el entorno, en la cualidad tridimensional que reformula el espacio, que esta irrumpiendo en el y en constante dialogo. El cuerpo en movimiento aun pareciendo parado, se esta pensando con el ambiente, no para. El dialogo entre temperaturas revela complejidades equivalentes a las de los circuitos neuronales y también esta en relación con estos, tanto como con las corrientes de aire y las micro-meteorologías. Así el pensar esta siendo direcciones, masas, sonidos y relaciones; no se circunscrive ya en una instancia centralizada, esta poblando el cuerpo, transitando capas, pone en duda sus limites y para decirlo de alguna manera se piensa a si mismo en relación no encapsulado.

La palabra entonces puede ser descentralizar o otra posibilidad de percibir; un desplazamiento en nosotros mismos que permita una comprensión del individuo no como latencia - un cuerpo recipiente, que emanaría - sino como exterioridad, encuentro, conversación de membranas. Membrana piel, membrana aire, membrana suelo, hígado, luz, etc. el pensar de una célula, de una parcela de tejido. Una danza, un teatro, un experimento que sucede a diario entre lo que esta siendo imperceptible, entre ese desplazar de la sangre cuando me reacomodo en esta silla, en ese mini-gesto del parpado o en una brisa que redujo en 0´3ºC la temperatura de mi rostro. Entonces no es sobre el reacomodarme en la silla, es sobre cómo me observo reacomodándome; los múltiples ángulos, percepciones e imaginarios que surgen cuando me observo reacomodándome. Se abre un juego, una practica de posibilitar líneas e ondulaciones en el pensar con la lluvia ciertas memorias o dar una respuesta con el rugir de un motor entre bocinas y semáforos. Estar con el lugar, la danza quizás es esa y el pensar hace parte y forman grupo.

IV.

¿Cómo es mirar o estar con este movimiento-pensamiento?

¿Qué implica en la danza?

Sugiero que desde ya me sitúa en otro lugar como público. Me coloca en un enfocar y desenfocar mis atenciones, en un ser y estar pluridimensional en el espacio (cuerpo, volumen, sentidos, vísceras). Las lecturas que hago del movimiento dejan de ser solamente visuales, negándose en principio a establecer una distancia con la danza que esta aconteciendo, criticando el espectar del espectador. Por ejemplo; hay alguien-¿un interprete?- que se esta desplazando en un lugar (escenario), en transito y en relación con el entorno que también se mueve, medio-entorno que también se mueve conmigo -¿publico?- y desde mi. Mi cuerpo sentado no para de moverse en cuanto elige a donde mira, en los balanzos mínimos de cabeza, tics, respiraciones y suspiros. Eso como mínimo esta alterando las corrientes de aire y los pesos sobre la madera. Ahí me puedo permitir observar mi danza y la danza del otro en mí. Puedo apreciar que estoy siendo danzado al observar una danza; observando como observo.

Ver el movimiento como pensamiento conlleva otra manera de encuentro entre “quien baila” y “quien ve” otra manera de entender mismamente el ver y el estar. Una apreciación del lugar, que esta en movimiento, que roza con nosotros en variación continua. Mudándonos también y nosotros a el, ella, esos…

De esta manera se cuestiona el carácter de un producto-espectáculo organizado para el consumo, en el que las dinámicas de protagonismos y el escalonamiento verticalizante de sus esferas parecen reconfortar una política imperante. En esta línea también la vida aparece espectacularizada, se debate entre las representaciones de poder y de sumisión, de ganar y perder, de bien y mal. Son las líneas mas reforzadas con las que nos acostumbramos a mirar lo que nos rodea; líneas que desde su naturaleza establecen grandes divisiones, distancias y enfrentamientos. Creo que desde la danza, desde el arte en general hay que estar atento a estos movimientos que muchas veces se reflejan también en estas mismas artes. Y provocar una política que posibilite estar con los lugares, con las personas, con lo olvidado; una política de la que emerjan múltiples líneas en múltiples direcciones considerando otras maneras de relacionarse.


V.

Quizás la propuesta de la danza en estos días sea esa, otra manera de encontrarnos, mirarnos, componernos entre lugares y personas y olores y palabras. Observar como observamos, desde donde estamos mirando lo que nos rodea, si es desde los ojos y lo que pensamos en ese “pensamiento” formateado que tenemos para decirnos quien somos a nosotros mismos o nos dejamos distraer, confundimos los contornos para profundizar en el cuerpo, en los cuerpos, en sus mudanzas continuas, en esas adaptaciones y readaptaciones continuas que realiza con el ambiente.

Me refiero a experimentar, abrir nuestras atenciones para que las vivencias no sean inmediatamente conceptualizadas o freimadas. Dejarse estar en el lugar sin catalogar inmediatamente si estamos en el escenario o en la butaca, si el sonido es bueno o malo, no dictar lo que esta siendo, no reducirlo a “esto” o “aquello”, a ciertas palabras o a una imagen. Ahí estaríamos reduciendo las posibilidades, sobre todo las nuestras propias pero también las que devienen de un encuentro.

La danza aquí es una investigación sobre la vivencia del pensar y el moverse ínter penetrándose, deslimitandose. Ya no se entiende en el marco del espectáculo esta teniendo un devenir-diluido entre “quien hace” y “quien ve”, esta siendo una invitación para cenar juntos en casa, para degustar atenciones, motas de polvo, aces de luz, murmullos e ir dejando que lleguen o no al cuerpo. Sin colocar estas “cosas”, estos términos en una escala si no dejándolos sobreponerse, dejándolos desordenarse. Quizás aparezcan los tantos que éramos tan enmascarados, las manías, los miedos y todos los ismos; pero me parece necesario comenzar a enfrentar ese lugar de la conceptualización abusiva para salir del discurso de poder que ella acarrea. Propongo una palabra vivenciada en cada ser diferente, que recorra ese cuerpo, que juegue en él acercándonos una danza diaria, una Danza que tiene su lugar en cada lugar en que nos dejamos estar y que se hace común precisamente en el estar siendo diferente, en cada cuerpo vivo que se deja estar siendo.

“Los espacios de estar aparecen en esta línea cintilativa entre pensar y moverse y moverse y pensar, entre vivenciar algo, quizás un movimiento y capturarlo suavemente en una palabra. En ese leve capturar brotan las palabras de aquella palabra saltos y asperezas; Estas girándose hacia aquel movimiento iluminan en el una danza. Ese leve, es el espacio que se dilata entre la vivencia y la aprehensión de ella en un concepto, ese espació es el lugar donde la danza deja de ser constructiva o gramatical o técnica y conteniendo todo eso que deja se abre a la poesía.”


Ibon Salvador Bikandi